domingo, 24 de junio de 2012

Keller: "La tendencia es a que Capriles suba y Chávez baje y no hay razones para pensar que eso se modifique"

El Universal Entrevista a Alfredo Keller: "La calle mata a las encuestas como arma de propaganda"

"El resultado electoral tiende a un empate en donde hoy es imposible pronosticar el resultado" "La tendencia es a que Capriles suba y Chávez baje y no hay razones para pensar que eso se modifique". Keller advierte que tiene 34 años haciendo encuestas y que en todo ese tiempo jamás nadie le pidió que manipulara un estudio

ROBERTO GIUSTI

ElUniversal

El encuestador Alfredo Keller (Keller y Asociados) recuerda que cuando Daniel Ortega era presidente, (la primera vez), en Nicaragua, todas las encuestas lo daban como favorito para la relección, pero al final ganó Violeta Chamorro: "sólo una encuestadora la pegó (Borges y Asociados). Ellos partieron de la premisa de que el electorado sentía miedo de responder y utilizaron un lápiz donde aparecía la palabra Uno, que era la Unidad Nacional Opositora de Violeta Chamorro. Así el encuestado supuso que no estaba ante un espía del gobierno y la gente respondió como realmente pensaba votar.

-Otra manera es no hacer la encuesta y presentar una farsa total.

-Esa piratería es muy primitiva y si en el pasado se hacía, ahora es imposible. Yo tengo 34 años en esto, he participado en más de 170 campañas en 17 países de América Latina. Y en casi todas las campañas ha habido guerra de encuestas. Hace 20 años las encuestas se inventaban y las publicaban personas que le daban un nombre ficticio a una encuestadora fantasma, generalmente con nomenclatura norteamericana porque hay el mito de que esos no se equivocan.

-Entonces, ¿se están usando las encuestas como arma electoral?

-Aquí la encuesta está siendo utilizada como un instrumento de propaganda, tal y como ocurre en muchas partes. Pero ese no tiene sentido porque nunca se ha podido comprobar que la guerra de encuestas de los resultados esperados.

-Que son los de inducir a los electores a votar por alguien que, según las encuestas amañadas, está ganando por paliza.

-Se busca crear un clima de invencibilidad del presidente Chávez para compensar la debilidad de su enfermedad. Ante el debate de si puede o no seguir gobernando y en campaña, se contrapone ese rasgo de invencibilidad. No importa lo mal que está, el tipo va a ganar. Se busca, también, sacar del debate la capacidad o incompetencia del candidato a la hora de participar en la campaña. Así se lograría darle la confianza a sus electores de que vale la pena votar por él. Obviamente también aparece el objetivo de espantar a los financistas potenciales del candidato opositor, quienes se negarían a hacer aportes a una campaña que ya se considera perdida. Luego se busca el voto del elector, que decide a última hora, para que termine votando a ganador Y finalmente está el objetivo de convertir a la encuesta en instrumento de propaganda.

-¿Por qué afirmas que no da resultados?

-Porque es muy difícil engañar la lectura y los sentimientos del elector. La calle mata la encuesta como instrumento de propaganda. Por eso la respuesta de Capriles es la correcta. Las grandes movilizaciones en todas las ciudades pone a la gente a pensar: "Esto que dicen las encuestas como que no es verdad".

-El recurso de las movilizaciones puede ser una demostración de organización y de fuerza, pero no necesariamente es un indicador de tendencias.

-Lo que se termina generado con esas encuestas es una gran confusión en el electorado y así se anula el efecto que se pretende imponer con la guerra de las encuestas. En este momento la gente ya no cree en ninguna encuesta.

-Pero los comandos tienen encuestas sobre las cuales se basan para adelantar su estrategia.

-Es obvio y allí quien la contrata debe creer en la eficacia del encuestador. Pero en otro terreno, finalmente el chavista cree en las encuestas que avala el gobierno y el de opositor en las de la oposición.

-Es decir, el cliente (quien compra la encuesta) siempre tiene la razón.

-Yo tengo muchos años pateando este tablero y nunca nadie me ha pedido eso (manipular resultados). Cuando llevas un resultado adverso te puede decir qué decepción, o no lo divulgues, o qué podemos hacer para superar eso. Pero nada más.

-¿No son para eso las encuestas?

-Así es. Exactamente. Para eso y no para otra finalidad.

-Cuando hablas de encuestas, ¿quieres decir que la proliferación masiva de información contradictoria proviene de ambos lados?

-No del lado de Capriles. Él tiene su encuestadora, que no soy yo, por cierto. Ellos también decidieron no participar en la guerra de las encuestas. No hemos visto datos de ellos en los últimos meses. Por tanto, están en la línea de lo que parece ser la estrategia de Capriles: no confrontar. El gobierno quiere confrontar porque su candidato es débil por muchas razones. Demasiados años gobernando, un cansancio estructural evidente en los indicadores de los estudios. Pero débil, también, no sólo por sus condiciones de salud sino porque la gente está harta de los conflictos que no conducen a ninguna parte. A eso se le sobrepone la realidad: el problema del desempleo, el costo de la vida, la inseguridad.

-Ellos deben estar conscientes de eso.

-Por eso hacen tanto ruido. Tratan de anular los efectos de la realidad y de una campaña que no pueden neutralizar.

-Sin embargo, la estrategia disolvente y agresiva es la misma de siempre. Chávez no hace otra cosa.

-Está en su genética.

-Pero le ha dado resultado.

-Cuando analizas los resultados electorales del 98 hasta ahora, Chávez jamás obtuvo más de la mitad del padrón electoral. Y eso es así porque el esquema de polarización busca anular el electorado que se niega al conflicto. Pero al anularlo lo pierdes como factor decisor y eso es un tercio del electorado. Al mismo tiempo, controlas una parte del electorado y divides a la oposición en dos partes: una activa y la otra que se anula por el conflicto. Por eso siguen aplicando la confrontación. Pero Capriles comprendió esto y por primera vez la oposición está rompiendo con la estrategia de la confrontación, estableciendo un vínculo entre el opositor activo y el pasivo. Al lograrlo consolidas una mayoría en términos cualitativos y lo que falta es la fuerza para activarla electoralmente.

-Tienes constancia técnica de eso.

-Claro. Esa es la misma estrategia siempre.

-Entonces, si las elecciones fueran hoy ¿ganaría Henrique Capriles?

-Hoy no. Pero tal y como van la cosas podría ganarlas. Desde el punto de vista técnico es absolutamente posible que las pueda ganar.

-¿Los tiempos dan para el cruce de líneas?

-Por lo que veo en los estudios de opinión pública, hay suficientes elementos para creer que el resultado electoral tienda a una situación de empate en donde hoy es imposible pronosticar el resultado. Hoy los pierde, pero mañana no necesariamente.

-Todo depende de la tendencia. Si ésta es a que Chávez suba y Capriles baje, es imposible el cruce de líneas.

-Pero es que eso no está ocurriendo.

-¿La tendencia es todo lo contrario?

-La tendencia es todo lo contrario

-¿Hay razones para que eso deje de ser así?

-No hay ninguna razón. Antes de las primarias, cuando preguntabas a la gente por quién votaría, Capriles le ganaba a Chávez. Luego las primarias generan un gran entusiasmo por la participación con un nivel imprevisto. Pero eso sólo dura nueve días. Después el presidente anunció que el cáncer seguía allí. Inmediatamente hubo una apabullante campaña de santificación y de sacralización de Chávez. Era san Hugo Chávez, con misas, procesiones, velas rogatorias. Estaban, por otro lado, las inmensas dudas sobre lo que estaba pasando. La preservación del secreto sobre su enfermedad le permitió, que durante todo el segundo trimestre del año, el único tema que se discutiera fuera el de Chávez. Era una campaña no campaña para Capriles. Todo eso le permitió ocupar la agenda. Henrique Capriles, mientras tanto, se dedicó al casa por casa, que es un campaña de baja intensidad. Pero ahora sí arrancó la campaña y lo hace con otros criterios. Chávez decidió que esa etapa de la enfermedad fue superada. Así que mucho de lo que ha desarrollado como estrategia carece de valor hoy en día. Pese al inmenso esfuerzo que hizo, con recursos casi infinitos a su disposición, sus números no mejoraron y no subió ni un punto y ni un solo voto. Después se produjo la guerra de las encuestas para sustituir el debate de fondo. La encuesta es más importante que los contenidos o la evaluación de la gestión gubernamental.

-Estamos pasando de las encuestas, como plataforma de opinión pública para desarrollar estrategias electorales, a las encuestas como parte de esa estrategia electoral?

-EL CNE anunció que el lunes (mañana) publicará las normas para la inscripción de las encuestadoras en el CNE. Las encuestadoras están obligadas a inscribirse para que se autorice la divulgación de sus resultados. Lo que busca esa legislación es detener el uso propagandístico de las encuestas y su banalización, además de garantizar un mínimo de seriedad profesional. Así es en los países con Estado de Derecho y equilibrio de poderes. Se aplica una legislación que impide la piratería.

-Entonces, ¿cuál es el problema?

-Yo espero ver las normas y que éstas no se presten a la manipulación política. Es decir, que cuando el CNE avale técnicamente a alguien, no lo haga con las encuestadoras piratas.

-En una situación de Estado de Derecho yo no tendría ningún resquemor a la hora de inscribirnos en el CNE. Pero quiero ver las normas porque éstas no dirán si de verdad se quiere enseriar el debate o se trata de legitimar a advenedizos que aparecieron pontificando de un día para otro con respuestas sesgadas. Y si lo que se busca es lo segundo, entonces tendríamos dificultades.

-"Los advenedizos" podrían acudir al mismo argumento que tú esgrimes.

-Desde luego. Hay muchas maneras de manipular encuestas. Una es a través del diseño muestral. Yo puedo evitar una muestra aleatoria y concentrar las entrevistas en un punto donde se aglomera la tipificación del voto de mi candidato. O manipular el cuestionario, generando unas baterías de preguntas favorables a un determinado candidato y luego solicitar la intención de voto.

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